Si tratamos de fotocopiar o trabajar con nuestro escaner estos billetes, veremos que no se pueden fotocopiar billetes, o no se pueden escanear billetes con nuestro ordenador. Nos saldra un mensaje del estilo del siguiente:
Desde 1996, todos los billetes vienen con esta disposicion de puntos, que al ser detectados por nuestro equipo, hace que se detenga la operacion. Curioso, verdad? Este patron oculto en todos los billetes de curso legal evita las falsificaciones caseras, son cinco puntitos estrategicamente situados, que consiguen lo que nadie se imaginaria. Y es que el aumento en la resolución de las impresoras domésticas puede convertir a un usuario con talento en un falsificador en potencia. Las copias no tendrían gran calidad, en parte por la dificultad de reproducir las medidas de seguridad holográfica y las marcas de agua que acompañan a los nuevos billetes, pero pueden llegar a engañar a algún que otro incauto que no se fije a la hora de aceptar el dinero. Pero tanto o mas sorprendente es lo que viene ahora: si con nuestra gran pericia informatica pudiesemos engañar al photoshop y al escaner... llega el turno de la impresora: Las impresoras láser a color, las que dan más calidad de impresion, dejan huella. Cada impresora marca con unos pequeños puntos amarillos (inapreciables a simple vista) el borde del papel, un proceso que se conoce como banding. No se graban con el láser de la impresora, sino con un chip situado junto al cabezal, que es imposible desactivar sin inutilizar la impresora. La configuración de esos puntos, impresos en cada centímetro del papel, y que pueden verse incluso bajo las letras impresas, permite a los investigadores forenses conocer el modelo de impresora y el número de serie de la misma.
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